Nadie sufre la pobreza mas que aquel que nunca fue pobre, reza el dicho.

Históricamente la pampa húmeda ha sido la región más rica del país. Desde el lejano Virreinato del Río de la Plata nuestra región ha gozado de la prosperidad que un clima templado y un suelo fértil, enriquecido por hombres de empeño y temple. Difícil nos resulta imaginarnos, entonces, las precarias condiciones en las que miles de compatriotas viven y han vivido por generaciones. Lamentablemente estamos comenzando a conocer esa cruel realidad. Sin ponernos a imaginar como estarán aquellas provincias, vemos a diario como estamos nosotros, las provincias «ricas». La situación es, sin lugar a dudas, desesperante: al sector agropecuario quebrado y al industrial emigrando en masa hacia Brasil, debe agregársele la desesperanza y desilusión de la gente, que ve su futuro evaporarse.

Año tras año el gobierno le pide a la gente sacrificio a cambio de promesas de crecimiento y año tras año, inexorablemente, solo recibimos la peor parte del «negocio».

Cuando a una caldera se le agrega mas calor y por consiguiente recibe mas presión de la que puede resistir, explota.

¿En cuanto evaluarán nuestros dirigentes nuestra resistencia? ¿Será posible que sean tan necios de seguir aumentando la presión, sin pensar que en algún momento todo puede explotar también?

Adolfo Gonzales Chaves es una pequeña ciudad en esta pampa húmeda. Hace pocas horas se produjo, por segunda vez en pocos días, una «pueblada». Los vecinos de esa ciudad salieron a la calle a reclamar en su comuna, y a sus autoridades. La excusa, un aumento de las tasas municipales; la realidad, que toda una comunidad se harto de la crisis y salió a descargar su bronca contra el poder, en la figura de los gobernantes mas a mano. Esta actitud popular, que no pasó de gritos y alguna pintada, debe interpretarse en el marco de una comunidad pequeña y muy lejana, por cierto, de los «piqueteros» de Neuquén o Corrientes. Es justamente esto lo que debe alertar a nuestros dirigentes: si un pueblo del interior, alejado de partidos o movimientos «foquistas», se manifiesta y reclama justicia solo por propia iniciativa, es que la caldera esta pronta a explotar. Y es justamente esto lo que nosotros, habitantes de este desdichado país, debemos hacer: aprovechar la fuerza de estar juntos reclamando por lo justo y acabar con toda la caterva de dirigentes corruptos, ineptos e inescrupulosos y permitir que nos gobiernen solo aquellos que nos merezcan.

Hasta acá llegamos señores. Basta de transas y trenzas, que el pueblo está «caliente y con presión».

Apunte editorial: esta nota ha sido por escrito por nuestro lector, Pablo Montesdeoca; un uruguay residiendo en nuestro país vecino.